Esparta

7 de mayo de 2009

Entre dos cadenas montañosas de ásperas pendientes y nieves eternas, el Taigeto al Oeste y el Parnón al Este; entre medio de estas montañas se extiende la llanura de la Laconia, se le llamaba a esta región, el país de Lacedemonia. En el centro de este gran valle se estableció un pueblo dorio que poco a poco fue sometiendo a todos estos pueblos haciendo que los reconocieran como sus soberanos, la ciudad de Lacedemonia fue rebautizada con el nombre de Esparta.

Los espartanos habían sido un pueblo indisciplinado al principio, pero dicen que el sabio Licurgo les dio leyes y desde entonces fueron un pueblo tranquilo y de costumbres estrictas. En Esparta se vivía como si estuvieran en un campamento enemigo, en realidad Esparta no era más que el conjunto de pequeños poblados muy cercanos entre sí.

Los periecos y los ilotas- Los periecos estaban bajo el dominio de los espartanos y debían de pagarle tributos, estos establecían conexiones comerciales y suplían a sus amos de víveres y objetos industriales ya que los espartanos no hacían ningún trabajo.

Los ilotas eran descendientes de los antiguos moradores de la Laconia, vivían miserablemente en las cercanías de Esparta y ellos eran quienes cultivaban las tierras para estos, vivían sometidos y no tenían derecho a abandonar sus tierras, aunque los espartanos tampoco tenían a derecho a quitarles la tierra de cultivos, a menudo estos pueblos eran discriminados por los espartanos, a veces se obligaba a un ilota a emborracharse para entretener a sus amos, pero en tiempos de guerra peleaban junto a los espartanos. Los ilotas eran mucho más numerosos que los espartanos, unos doscientos mil, mientras que los espartanos constituyeron unas nueve mil familias en la época en la que la ciudad estuvo más poblada.

Costumbres espartanas- El espartano ya desde niño tenía una vida muy rigurosa, al nacer eran inspeccionados por los espartanos más viejos y si le veían alguna deformidad lo abandonaban en el monte Taigeto, luego si eran sanos eran llevados a vivir entre las mujeres hasta la edad de siete años. A esa edad eran desprendidos de sus madres y los llevaban a los campamentos donde les afeitaban la cabeza y eran reunidos en grupos comandados a veces por los niños más hermosos. Debían entonces obedecer a sus jefes, proporcionarse de comida, dormían al aire libre y vestían igual tanto en verano como en invierno, a veces se los azotaba sin ninguna razón, y debían soportar el castigo sin quejarse.

Luego al cumplir la edad de veinte años, eran admitidos en el ejército, a los treinta en la Asamblea y podía casarse, luego recién a los treinta y cinco podía vivir junto a su mujer, y hasta los sesenta años eran llamados por los ejércitos, era muy mal visto que un hombre permaneciese soltero.

A los espartanos no se les permitía emplear su vida como quisiera, no podían abandonar la ciudad y tampoco era bien visto que se peinasen y adornasen sus cuerpos. Las casas espartanas eran construcciones toscas, de piedra, barro y madera, no se permitía el menor adorno ni tener dentro de ellas oro o plata. Los espartanos no comían con sus mujeres si no que lo hacían en grupos de veinte hombres, habitualmente se alimentaban de una especia de sopa, el caldo negro, también quesos, higos y vino. Era obligatorio comer en grupo, en una ocasión dicen que el rey Agis luego de regresar victorioso de la guerra pidió para comer su ración con su esposa y le fue negado.

Los espartanos al contrario de los demás pueblos griegos, eran gentes de poca elocuencia, nunca hablaban más de lo necesario, esta manera de hablar se denomina laconismo. A menudo eran ridiculizados por los demás griegos.

Gobierno espartano- En Esparta habían siempre dos reyes que gobernaban al mismo tiempo, descendientes de las familias reales de los Agidas y los Euripóntides, que pretendían descender de Hércules. Los reyes eran de superior dignidad, ocupaban un lugar especial en los banquetes, les servían doble ración y les eran obsequiadas las pieles de los sacrificios de animales. En tiempos de paz, iban vestidos como sus súbditos, y no eran más poderosos que los sacerdotes que ofrecían sacrificios. En la guerra iban a la cabeza de los espartanos y llevaban siempre cien guerreros selectos a su lado, comandaban las tropas y daban las órdenes de combate.
Había también un consejo de ancianos en Esparta, la Gerusia, que se encargaban de gobernar la ciudad. Cuando iban a ser electos, tenían que pasar en medio de la multitud que los aclamaba, unos viejos encerrados en una cabaña debían decir a quien se había aclamado más fuerte.
Había también una Asamblea muy sencilla, la Apella, ya que nadie votaba, se reunían todos los espartanos mayores de 30 años en la plaza y al terminar la Asamblea, los magistrados comunicaban lo que habían decidido, el pueblo aclamaba la decisión y se retiraba del lugar.
Los éforos eran los verdaderos dueños del gobierno, eran cinco y eran elegidos por el mismo procedimiento que los ancianos, pero no gobernaban más que un año. Dirigían la policía, hacían de jueces, resolvían si había de hacerse la guerra o no, y también vigilaban a los reyes y a los ancianos a los cuales podían sustituir.

Ejército espartano- Los espartanos combatían a pie armados con coraza y casco. Se reunían todos juntos uno al lado del otro formando una punta de flecha y llevaban lanzas. Esta manera de organización se llamó falange y fue muy usada por los griegos en general, pero los espartanos siempre fueron los más ejercitados y valientes, no podía un espartano ceder lugar, si no que si era necesario habían de morir combatiendo, esta era la forma más honrosa de morir para todo espartano.

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