EL que quiere... PUEDE

24 de junio de 2010

Puede uno aprender a expresarse bien en público sin tener habilidades para ello? Sí, las habilidades se adquieren con la práctica.

En “Ratatouille”, uno de los últimos éxitos cinematográficos de los estudios Pixar, un ratón fanático de la cocina decide hacerse Chef, y con mucho esfuerzo, logra convertirse en un verdadero maestro de la gastronomía. Una de las cosas que lo anima a seguir es el slogan de un famoso cocinero que reza: “cualquiera puede cocinar”. Y efectivamente, tanto en la cocina como en el resto de las ocupaciones de la vida diaria, lo único que se necesita para ser bueno en algo son las ganas; cualquiera puede.

Quienes comprenden esta máxima, logran, al igual que el ratón de la película, ser grandes. Uno de ellos es Demóstenes, a quien muchos señalan como el más grande orador que ha existido jamás. Nació en Atenas, Grecia, en el año 384 antes de Cristo. Cuando estudiaba en lo que en Chile sería la enseñanza media, Demóstenes tenía problemas con su vocación. Él quería ser orador, pronunciar grandes discursos y arrancar aplausos a la muchedumbre, pero tenía un grave defecto al hablar. No está claro si su problema era que tartamudeaba o si le costaba pronunciar algunas consonantes como la R. Lo cierto es que en el colegio al pobre le decían Bátalo por sus dificultades de expresión...


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