LA ORGANIZACIÓN DE LA PAZ (1919-1920)

18 de abril de 2010

PRIMEROS MEDIOS: LECTURA OBLIGATORIA PARA LA PRÓXIMA PRUEBA DE MATERIA: MIÉRCOLES 4 DE MAYO

La Conferencia de París se inició en enero de 1919 con el concurso de las delegaciones de los 27 países vencedores de la guerra.

No fueron convocados los vencidos. A pesar del número tan elevado de compromisrios las principales decisiones recayeron sobre Estados Unidos (Wilson), Reino Unido (Lloyd George) y Francia (G. Clemençeau), aunque también jugaron un papel relevante Italia y Japón.

Las deliberaciones giraron en gran medida en torno al Programa de 14 puntos que el presidente Wilson había presentado en el Congreso en enero de 1918 cuando la contienda aún no había finalizado. Tenían por objeto lograr una paz mundial durarera.

En la organización de la paz no hubo posturas unitarias:
  • Francia, la más radical, deseaba eliminar el peligro de una Alemania capaz de provocar una nueva guerra.
  • Georges Clemenceau Clemençeau, su primer ministro, se abandonó a las tesis revanchistas e intentó la desmembración de su enemiga. Impulsó el establecimiento de durísimas inemnizaciones alegando que Alemania había sido la causante del conflicto y, por lo tanto, culpable.
  • El Reino Unido, junto con Estados Unidos eran partidarios de moderar esas indemnizaciones, pues no deseaban destruir la economía alemana, alimentar el rencor nacionalista, ni tampoco fomentar un descontento que arrojara al pueblo alemán en brazos del comunismo.
La Conferencia de París concluyó con la firma por separado de cuatro tratados que afectaron a las potencias derrotadas. Se celebraron en sesiones separadas en las proximidades de París.
Los más importantes fueron el tratado de Versalles que se firmó con Alemania y el tratado de Saint-Germain que se firmó con con Austria (septiembre de 1919).


Los tratados emanados de la Conferencia de París abordaron varias asuntos:

Alemania perdió amplias áreas, el 15,5 % del total de su territorio y el 10% de su población: Alsacia y Lorena volvieron a manos de los franceses; la zona del Sarre (desde donde los alemanes extraín el 75% de hierro) quedó bajo administración de la Sociedad de Naciones y sus recursos mineros serían explotados por Francia durante 15 años; la zona de Eupen-Malmedy se entregó a Bélgica.


De Alemania, la Prusia Oriental y el corredor de Dantzing pasaron a Polonia. Dantzing quedó bajo administración de la Sociedad de Naciones. Las colonias alemanas se repartieron entre diversas potencias: África Oriental y del Suroeste, así como parte de Togo y Camerún, se transfirieron a Inglaterra, en tanto que la otra parte pasó a Francia. Los archipiélagos del Pacífico (Marshall, Carolinas y Marianas) se asignaron a Japón.

En el este de Europa se establecieron las fronteras que Alemania había impuesto a Rusia en el Tratado de Paz de Brest-Litowsk, en 1917. Los rusos perdieron casi toda la costa del Báltico, naciendo los estados de Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania.

Polonia se restableció como estado a costa de los territorios desgajados de Rusia, Alemania y Austria-Hungría.

El Imperio Austro-Húngaro quedó desmembrado en el Tratado de Saint-Germain y perdió todos sus territorios eslavos, de tal manera que el pequeño país resultante solicitó su unión con Alemania, siéndole denegada la petición. Posteriormente, en 1938, Hitler la consumaría y anexaría Austria a Alemania(Anschluss).

A costa del Imperio Austro-Húngaro se formaron los estados independientes de Austria, Yugoslavia, Polonia y Checoslovaquia. A Italia hubo de cederle parte del Tirol, Istria y Trieste, así como parte de Dalmacia (en la actual Croacia). A Yugoslavia, surgida como nuevo estado de la antigua Serbia, hubo de entregarle Bosnia-Herzegovina.

Hungría, la otra parte del Imperio Austríaco, se constituyó como estado independiente de Austria y hubo de entregar a Serbia Croacia y Eslovenia, piezas importantes del nuevo estado yugoslavo. A Checoslovaquia, nuevo país, hubo de rendirle Eslovaquia y a Rumanía Transilvania.

El Imperio Turco quedó reducido territorialmente a la península de Anatolia (Asia Menor) y solo conservó en Europa la ciudad de Estambul. Perdió la zona de Irak, Palestina, Líbano y Siria que fueron convertidos en protectorados bajo la administración del Reino Unido o Francia.

La zona de Oriente Próximo que hasta entonces había pertenecido al Imperio Turco jugaría un papel relevante en la historia del siglo XX. Los árabes, que bajo dominio turco apoyaron a los aliados, habían recibido de Gran Bretaña garantías de que una vez finalizado el conflicto formarían un estado unido. El fin de la guerra frustró tal anhelo, pues esas zonas fueron repartidas en diversos departamentos bajo influencia británica y francesa. Por otra parte, el movimiento sionista (nacionalismo judío) inició su movilización para crear un Estado judío en Palestina.

Serbia incrementó su territorio mediante la creación de un nuevo estado: Yugoslavia. Sin embargo, la nueva entidad carecía de unidad cultural, lingüística y religiosa, lo que en adelante le acarrearía serios problemas políticos y étnicos, hasta que desapareció en los años 90 del siglo XX, no sin antes sufrir una cruenta guerra.

De estos tratados quedó, no obstante, por parte de los vencidos, la sensación de haber sido injustamente perjudicados. El caso de Alemania fue el más sintomático ya que el Tratado (considerado como una imposición humillante) alentó el nacionalismo y el revanchismo, propiciando el ascenso del nazismo y el estallido de la II Guerra Mundial.



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